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Diálogo venezolano en México

Este viernes 13 de agosto debe comenzar en México una nueva negociación política entre el régimen de Nicolás Maduro y una representación opositora de Venezuela. El régimen y la oposición venezolana se han sentado a dialogar y negociar muchas veces y nunca han podido ponerse de acuerdo. Pero la agudización de la crisis y el desastre humanitario ha creado la esperanza de que ahora sí, en México, tendrían la voluntad de entenderse.

El gobierno del Reino de Noruega que auspicia este diálogo y los otros países que lo apoyan, incluyendo el de México que se ofreció como sede, esperan que la extrema gravedad de la triple crisis venezolana: humanitaria, socioeconómica y política, obligue al régimen y a la oposición a llegar a acuerdos decorosos y mutuamente satisfactorios, que sean del legítimo interés y la conveniencia del pueblo de Venezuela.

El sector de la oposición que participará en el diálogo con el régimen de Maduro en México, al que se le considera más moderado, es representado por la Plataforma Unitaria que está integrada por cuatro grandes de los principales partidos opositores: el histórico Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Voluntad Popular y Primero Justicia. En ellos figuran líderes muy reconocidos nacional e internacionalmente, como Leopoldo López, Henrique Capriles y Henry Ramos Allup.

Nicolás Maduro había condicionado la participación de su régimen en el diálogo en México a la previa suspensión de las sanciones internacionales. Pero cedió finalmente y planteará esa demanda como punto principal de las negociaciones. En el lado de la oposición, el objetivo central que se persigue es un acuerdo para la realización de elecciones libres e inclusivas, que serían la clave para comenzar a resolver integralmente la crisis nacional.

La parte radical de la oposición, que repudia este diálogo por considerar que es entreguista a los fines de la dictadura, plantea que la única negociación que cabe con Nicolás Maduro es para forzar su salida del poder. Pero la verdad es que ni ellos ni toda la oposición en conjunto tiene la fuerza necesaria para lograr tal cosa. Lo que aconseja el realismo político es la negociación en busca de acuerdos de interés común, incluyendo ante todo la realización de elecciones libres y limpias. Así lo ha entendido la Plataforma Unitaria y por eso han llegado a México para negociar con la representación de Maduro.

Para entender la actual correlación de las fuerzas políticas en Venezuela podría ser útil conocer los datos de una encuesta del 7 de agosto hecha por una firma especializada denominada Datincorp. A nuestro juicio, al ser publicados los datos por el diario El Nacional, de Venezuela, se puede considerar que son confiables. Según esta encuesta, el 62 por ciento de los venezolanos reconoce a Nicolás Maduro como presidente, pero el 63 por ciento se declara nada satisfecho con su desempeño gubernamental. En cambio al 77 por ciento no le satisface el gobierno interino de Juan Guaidó, que tiene el reconocimiento formal de la comunidad democrática internacional.

Las estrategias y tácticas políticas se deben fundar siempre en una comprensión cabal de la realidad, no en ilusiones por muy bien intencionadas que sean. De manera que es útil saber que en la encuesta mencionada el 51 por ciento de los venezolanos está de acuerdo con las negociaciones de la oposición con el régimen de Maduro, el 58 por ciento dice que lo más importante que se debe tratar es la crisis económica y de servicios públicos, y el 67 por ciento apoya el diálogo para buscar cómo resolver esta crisis, aunque no se hable de elecciones presidenciales antes de 2024, cuando terminará el período ilegítimo de Maduro.

Aseguran los observadores que si las negociaciones políticas venezolanas en México tienen éxito, este podría repercutir favorablemente en Nicaragua. Esperamos que así sea, porque no se puede vivir por mucho tiempo en la horrible y angustiosa situación política que impera actualmente en este país.

OPINIÓN

es-ni

2021-08-13T07:00:00.0000000Z

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